El ícono de la FRRe

Un 25 de octubre de 1961 nacía en la ciudad de Mercedes, provincia de Corrientes, Juan Pedro Quetglas, descendiente directo de inmigrantes de los Países Bajos. Tuvo una infancia feliz, los días allí eran tranquilos. El tiempo para él parecía no pasar.

Su llegada al Chaco

En 1982 Pedro llega al Chaco, haciendo una parada por circunstancias que, hoy quizás, duele recordar. Luego de haber terminado el secundario se había dedicado únicamente a conocer el mundo en su entorno. Tras dos años de “no hacer nada”, los padres decidieron que él debería irse. Esa situación lo trajo a Resistencia, “hizo puerto en el Chaco”, según solía contarnos.
Es aquí donde vivía su hermana 3 años mayor, ofreciéndole casa y comida con la condición de estudiar.

El principio de su historia en la UTN

Empezó a los 20 años a estudiar Ingeniería Electromecánica en la UTN Resistencia, una carrera que realmente lo apasionaba. El problema aparece en un punto de partida crucial, el cual es el negarse a estudiar. Aprobando 8 materias en el primer año comenzaba su triunfo de a poco. No llegó muy lejos con su carrera, únicamente hasta el cuarto año, aunque la abandonó por el mismo motivo por el cual hoy lo disfrutamos todos, además de no querer estudiar.

El comienzo de Pedro’s

Con el tiempo de estar en Resistencia, le ofrecieron hacerse cargo del bufete en el ’89. Sin dudarlo aceptó y así comenzó, con la estructura hecha, con una heladera que trajo de su casa, una estantería de metal, la que solía tener libros pasaba a tener productos y con un calentador a gas.
Año tras año iba agregándole cosas. En el ’90 la empresa Coca-Cola le cedió un freezer, el que aún hoy funciona. Luego fue cambiando la góndola y mejorando la estructura, cuando estaba dentro de sus posibilidades. Así fue creciendo, ayudado luego por su esposa y algún que otro colaborador. Siempre tratando de brindar el mejor servicio y manteniendo su humildad y sencillez, siempre con respeto y haciendo lo posible para que la gente se sienta cómoda, como en su casa.
Éste lugar es como su segunda casa, su segunda familia. La tecnológica es su segunda familia y él, es un tecnológico más, según nos cuenta.

El salto a la “fama”

Dentro de sus productos y la amabilidad que lo caracteriza, lo que lo llevó a Pedro a ser un ícono, o como él nos dice: un referente, es el “tradicional pebete con el vaso de gaseosa o los calentitos”. No tiene muchos trucos su preparación, pero el sabor es lo que los hace diferentes.
Nos cuenta una anécdota de un egresado de la facultad que volvió 12 años después, no sólo pasó a saludarlo sino a comerse aquel pebete que lo acompañó durante toda su carrera. Ésta persona supo decirle que compra el mejor pan, el mejor jamón, el mejor queso, pero nunca sacó el sabor de los pebetes de Pedro.
Ése ícono, ése referente (como se siente), esa energía que transmite, es lo que hace único el sabor, es el sabor de la amistad.

El amigo de todos

Durante años Pedro supo mantenerse del mismo modo, con la misma filosofía de vida. Nada cambia y nada lo cambia por nada. El sentirse un tecnológico más es lo que hace que toda la garra, toda la fuerza, sea bien recibida y retribuida.
Tratando de ser amigo de todos, se mantuvo y aún se mantiene. Aquel joven que llegó desde Mercedes, hoy una persona grande, no sólo por tener 47 años sino por lo que significa para cada uno que cursó, cursa e inclusive para quienes no lo hacen, un amigo como pocos. Supo mantenerse a lo largo de los años, su amistad y compañerismo fue dejándole algo único, impagable: su felicidad, alegría y orgullo de la existencia de Pedro’s.

Los 20 años de servicio

Sosteniendo no ser un simple comerciante, alguien que espera que llegue gente y se siente en una mesa y venderle sus productos, mantiene esa amistad a flor de piel. Suele decir que no es nunca una molestia que llegue alguien nuevo al bar y le pida algo, sí le molesta mucho que lleguen y no le pidan nada.
Siempre en la búsqueda de la comodidad y el confort de quien pase por el bar, mantiene firme su convicción. Puede recordar cualquier cara, puede que no recuerde su nombre, pero sí no se olvida jamás de la cara de todo aquel al que ayudó o al que lo acompañó en las buenas y en las malas, así también como a quienes lo ayudaron y acompañaron.
Un arduo trabajo de 20 años, no por buscar ser reconocido ni retribuido, sino que no se olviden de él. La esencia del lugar, de la UTN, de Pedro’s es él, su familia, sus amigos y cada uno de nosotros.

El sentimiento de Pedro

Muchas son las cosas que pueden decirse de él, pero aunque se escriba todo un libro resultaría poco. Es un sentimiento conmovedor verlo llegar a las 8.30 e irse, a veces, a las 23. Su vida gira y es, después de su familia, la facultad.
Supo cosechar muchos amigos, vio mucha gente recibirse, fracasar, llorar, saltar de alegría por aprobar un final. Todos acuden a él para contarle sus cosas, lo abrazan y reciben su compañía. Él no busca otra cosa, sólo acompañar y sentirse querido.
Hoy, siendo un pilar importante en la UTN de Resistencia, decidimos llamarlo y distinguirlo como un ícono, un hito sin valor monetario alguno, pero con un valor incalculable a la hora de compartir momentos con él. Hoy, forma parte de la historia de la facultad, de nuestras vidas; mañana lo hará, quizás, en la vida de nuestros hijos. No sabemos el futuro, pero como Pedro siempre nos dice y así lo recibimos: “Si das algo bueno, recibís el doble. Estoy orgulloso de ser parte de esto y que esto sea mi vida, que ustedes sean mi vida”.Nunca habrá una historia igual, lo recordaremos siempre como aquel amigo que, más allá de ser el que nos alimenta de día y de noche cuando estudiamos, es el improvisado y el que le da una dirección diferente a la rutina.-

Escrito por: Luis Sandoval